En la segunda década del siglo XX, el movimiento surrealista se encontraba en plena gestación de lo que más adelante se conocería como "la escritura automática"; una búsqueda formal de la expresión intuitiva y espontánea en la creación artística. Para ello exploraron varías posibilidades de "forzar la imaginación". Uno de los favoritos juegos surrealistas durante este periodo "intuitivo" del movimiento, fue la creación de "cadáveres exquisitos" que podían ser tanto verbal, como visual.
 

André Breton, Paul Eluard, Tristan Tzara y Valentine Hugo. "Cadáver Exquisito" 1929. Pastel sobre papel; 40.5 x 24.5 cm Museo de Arte Moderno de Estocolmo

La forma verbal consistía en una oración compuesta por tres o más personas, asignándosele a cada una de ellas, una parte específica de la escritura (sujeto, verbo, predicado, etc), pero ninguna sabía lo que las otras habían escrito. El juego tomó su nombre de la primera oración compuesta de esta manera y que lee así: "El exquisito/ cadáver/ beberá/ el burbujeante vino" En un "cadáver exquisito" visual, una persona dibuja algo en una hoja de papel, la cual es doblada para que la próxima persona no pueda ver lo dibujado previamente. Sólo unas guías dejadas al borde le indican donde continuar. Se obtiene así una imagen grupal resultado de la suma de los participantes en cada doblez. Cuatro artistas hicieron el presente "cadáver exquisito": André Breton comienza el sketch en el tope. Dobla el papel y se lo pasa a Paul Eluard, quien solamente ve unas líneas donde Breton ha finalizado. Tristan Tzara y Valentine Hugo completan el dibujo.

André Bretón explica: "Lo emocionante para nosotros en este tipo de producciones era la certeza de que para bien o para mal, representaban algo que no era posible por el trabajo de una sola mente, y poseían un grado excepcional en la calidad de "devaneo", tan propio de la poesía."